martes, 7 de octubre de 2014

Bordeando Guara (1h y 44 minutos)

Salto de Bierge-San Román-Salto de Bierge (7,3 kilómetros)

La presa de Bierge es un lugar ideal...cuando no es temporada de verano y hay tres mil personas dejando toneladas de basura. Así que me decidí a hacer esta andada en octubre. Me encontré, como es obvio, un remanso de paz libre de bañistas guarros y gracias Dios bastante más limpio de lo que esperaba, aunque los "rastros" humanos aún eran identificables.

Una vez dejamos el coche en la zona de la presa de Bierge, tomamos el sendero que parte a la izquierda del puente como si accediéramos a la parte superior del río. A los pocos metros veremos un cartel de madera que nos indica "San Román". Ese es nuestro destino. Tenemos un acceso bastante escarpado durante diez minutos (¡tened cuidado!) hasta llegar a la carretera. La cruzamos y al otro lado veremos otra señal que nos orienta por un camino. No le cojáis cariño porque a los pocos metros las señales nos llevan por un sendero ascendente, que está entre lo más bonito del recorrido entre arbustos, carrascas, oliveras y almendreras. Dicho sendero volverá a conducirnos a un camino pecuario.

Ahí vi lo que parecía un extraño mirador formado por cuatro patas de madera de unos dos metros y pico, una plataforma y una barandilla de madera (o lo que yo entendí por mirador porque una vez arriba, aquello tenía una estabilidad bastante limitada) Así que el que sepa que son esas estructuras de madera (¡a que no son para subirse!) que me lo digan.

Volví al camino y desemboqué en una pista asfaltada.



En ese punto, yo (decisión personal) decidí seguir por la pista que me llevó al "lugar" de San Román que, si no recuerdo mal lo que leí, pertenece o forma parte de municipio con Morrano. Desde dicho pueblo se domina el llano viendo a lo lejos localidades como Casbas de Huesca, Sieso de Huesca o Junzano.



A la altura de un panel informativo donde se desgranan varios datos sobre el lugar, parte un sendero que nos devolverá a la presa. Dicho sendero, al cabo de unos quince minutos, desemboca en un camino. Pero si miramos a la derecha, vemos la pista asfaltada por la que hemos ascendido cerrando el circuito. Si accedemos a ella y bajamos escasos metros, nos encontraremos a la derecha el camino pecuario por el que ascendimos así como, posteriormente, el sendero hasta llegar a la carretera. Y de ahí, el tramo escarpado que nos llevará a la presa de nuevo.








miércoles, 27 de agosto de 2014

Fuenta La Tamara, un paraíso en la sierra de Guara (1h 30 m. aprox.)

Morrano-Fuente La Tamara/Barranco la Peonera-Morrano (4,5 km aprox.)

A tan solo tres cuartos de hora escasos de Monzón y Binéfar se encuentra un verdadero paraíso. No tan conocido como el salto de Bierge (que se ha puesto imposible, yo hace años que no voy) o como Rodellar, verdaderos puntos de atracción de la parte de la sierra de Guara más cercana la zona oriental de Huesca, la localidad de Morrano encierra un paraje espectacular que te introduce en el mismo barranco de la Peonera, en el río Alcanadre. El paraje se llama Fuente de la Tamara y los bañistas se mezclan con los del “neopreto” que bajan de la parte superior del congosto.

El trayecto en coche nos lleva a la autovía de Huesca. Salimos en el desvío de Peraltilla y nos internamos por Azara, Azlor hasta Abiego. Pasada esta última población tomamos el desvío hacia Bierge. Una vez atravesada esa localidad y el salto continuamos unos kilómetros más por una carretera sinuosa de las de “me gusta conducir” hasta que alcanzamos la localidad de Morrano. Allí dejamos el coche y cruzamos la carretera donde vemos un camino de tierra que a los pocos metros tiene un tramo de cemento. Continuamos hasta que llegamos a una especie de explanada. Allí comienza el sendero.



En total son unos 45 minutos que a la ida son de bajada (no en vano nos vamos al fondo de un barranco) aunque hay tramos de pequeñas subidas (será para compensar) A escasos diez minutos de haber dejado la citada explanada nos encontramos una señal que indica el Huevo de Morrano y el Pinar de Morrano. El Huevo es una formación espectacular que podemos divisar durante toda esta primera parte del camino. Parece de esas formaciones rocosas de las películas del oeste. En todo caso, ignoramos esa señal para ir al huevo (lo dejamos para otra ocasión) y continuamos por el sendero de Fuente La Tamara.

Nos internaremos en el bosque y vadearemos un par de pequeños barrancos. Hay algún tramo empinado así que “parar cuenta” con los resbalones. Os recomiendo algo obvio pero que la gente a veces no tiene en cuenta: llevar un “calcero” bueno. El entorno es espectacular y cuanto más descendemos más sobrecogidos estamos por las colinas y montañas que nos rodean.



Pero eso no es nada comparado con la vista cuando llegamos al río. Primero, estamos “hundidos” en el seno de un barranco justo en el punto de transición en el que pasa de congosto de caliza muy estrecho a cauce ancho por la composición terrosa de esa zona cuyo discurrir del Alcanadre ha hecho gran mella. El agua es cristalina como para ver el detalle de la última piedra del fondo y la zona toma forma de un espectacular meandro. Si os pasa como la última vez que estuve, veréis unas cabras semisalvajes a sus anchas en los riscos del congosto calizo, pastando tranquilamente.


Como perfecto complemento y explicando por qué el paraje tiene el nombre que tiene, nos encontramos una fuente de agua fresca y límpida que, a falta de que nadie me diga lo contrario, se puede beber sin problemas porque yo recargué las botellas de agua para la vuelta, que para eso es toda cuesta arriba. Por favor, no dejéis desperdicios (Bierge, por ejemplo, se ha convertido en un vertedero) Es más fácil que cada uno coja su pequeña bolsa de basura que el hecho de que tenga que bajar de propio una brigada a limpiar por culpa de las personas incívicas.

lunes, 19 de mayo de 2014

Las ermitas románicas de Bonansa (2h y 30 minutos aprox.)

Ruta circular Bonansa-Alto de Bonansa-4 ermitas románicas-Bonansa (12,5 kilómetros)

Esta ruta es muy espectacular, tanto por el encanto paisajístico del Pirineo Ribagorzano como por el patrimonio románico encarnado en cuatro ermitas románicas de hasta mil años de antigüedad. A mi me salió un día encapotado de estos tontos pero no dejé que le restara encanto al paseo.

Para empezar, quiero decir que o el Endomondo (aplicación que uso para calcular tiempos y distancias) va mal o están equivocados en la web de Bonansa, pueblo en cuyo término municipal se desarrolla el recorrido. En el sitio de Internet acertaban con la duración (unas 2 horas y media) pero no con la distancia (a mi me salieron 12,5 kilómetros en vez de los 7 que creí leer en la información oficial) Por otro lado, yo empecé y finalicé la Andadeta en el Alto de Bonansa pero, para menos líos, creo que será mejor si a vosotros os la explico partiendo del núcleo urbano de Bonansa.

Podéis llegar a Bonansa por Graus o por Benabarre (carretera de Laguarres) pero me parece un trayecto muy largo para explicarlo así que ya podéis ir usando el GPS o consultando esas webs que te calculan las distancias que no voy a hacerlo yo todo, hombre. Una vez aparcado el coche en el pueblo os dirigís hacia la zona de carretera que asciende hacia el Puerto de Bonansa hasta que veáis el sendero GR-15  que os indica cómo llegar a ese punto (tardaréis una media hora más o menos) El primer tramo es algo frondoso, con zarzas y malas hierbas, pero transitable. Después ya se despeja convirtiéndose en sendero de montaña que asciende suavemente hasta que llegáis al citado puerto de montaña, a 1.380 metros de altura (creo recordar).

Veréis un aparcamiento. Cruzad la carretera hacia el claro del otro lado y ahí veréis la señal y los postes indicadores para acceder a las dos ermitas que se encuentran en esa zona: santa Llusia y Sant Salvador (San Salbadó). El sendero alterna la ladera del monte, con un ligero ascenso, con las internadas en un bosque dominado por el pinar. Tardaréis unos tres cuartos de hora hasta llegar a los carteles que señalan, por un lado, que santa Llusia está a diez minutos y, por otro, por dónde hay que seguir hasta Sant Salvador y Bonansa.


Ermita de Santa Llusia
Vamos primero a la ermita de santa Llusia. Se puede abrir la puerta de entrada y te quedas en una antesala desde la que puedes admirar la ermita. Una puerta de reja impide acceder al resto del recinto. Unos metros antes podemos disfrutar de una magnífica vista en la que destaca el pueblo de Alins y, sobre todo, el macizo del Turbón, montaña emblemática de la Ribagorza y del Pirineo aragonés. Allí encontramos información sobre las 22 mujeres acusadas de brujería que fueron ajusticiadas en 1593.
Ermita de San Salbadó, una de las más antiguas del Alto Aragón (siglo XI)



Volvemos nuestros pasos unos diez minutos y ahora sí, comenzamos a descender hacia Bonansa y San Salvador. Al cabo de otros diez minutos volvemos a tener ante nosotros un nuevo desvío. Seguiremos el itinerario que nos conduce hasta la ermita de Sant Salvador, una de las más antiguas que se conserva en el Alto Aragón, de principios del siglo XI. Está ubicada en un lugar privilegiado desde el que tenemos otra vista espectacular del Pirineo en esa zona. Por cierto, hay que ser muy descerebrado para dañar el cristal de la puerta principal de la ermita. Me da pena la gente que encuentra ni siquiera un mínimo placer en el vandalismo, especialmente en lugares de tan alto valor cultural, histórico y patrimonial.


Retrocedemos esos diez minutos hasta el desvío que he comentado que nos encamina hacia Bonansa y las otras dos ermitas que completan el recorrido. Es una parte preciosa de la ruta que nos vuelve a internar por el bosque de pinos. A estas alturas entre los 1.300 y los 1.500 metros el color verde es el protagonista, incluso tapizando senderos que en lugares más bajos tiene el característico color marrón de la tierra. ¡Ojo!, como contrapartida, los senderos "forrados" son más resbaladizos, tanto para el pie como para los que llevamos vara.
Ermita de Sant Roc

Ermita de Sant Aventí
Llegamos a una pista forestal que baja directamente hacia Bonansa. Excepto algunos "alcuerces", el itinerario sigue esta pista que desemboca en un camino asfaltado. Pocos metros más adelante vemos la ermita de Sant Roc a pie del camino. Un sendero que discurre a la izquierda del pequeño templo nos guía hacia la última ermita, la de Sant Aventí, a la que llegaremos en unos diez minutos tras rodear, primero, y ascender, después, una loma. En la puerta de madera, hay un pequeño hueco a la altura de los ojos al que nos podemos asomar y contemplar la belleza sencilla del templo cuando se nos acostumbre la vista. Otros diez más y ya estaremos de nuevo en Bonansa.

¡¡¡Buena Andadeta!!!


martes, 29 de abril de 2014

Ermita de la Carrodilla y Pinturas Rupestres del Forau d'o Cocho (3 horas y 5 minutos)

Sendero a Aguinaliu desde la pista Alins-Fonz a ermita de la Carrodilla y pinturas rupestres de Forau d'o Cocho y volver (13,5 km aproximadamente)

Quiero avisar antes que nada que la llegada en coche al punto de partida es complicado. Tanto que os recomendaría que no accedáis en vehículo si no es con todoterreno o con un coche viejo al que no le tengáis mucho aprecio. Si lo hacéis andando desde Alins del Monte (se llega desde Azanuy por una carretera que acaba en la pequeña localidad literana) tenéis que añadir hora y media más de camino (45 minutos para llegar al punto de partida y otros tres cuartos de hora a la vuelta) Panzada.

Bordeando la sierra prepirenaica de la Carrodilla hay una pista forestal que une la población literana de Alins del Monte con la mediocinqueña de Fonz. Más o menos en el punto medio de dicha pista forestal veremos unas señales de madera que nos indican "Aguinaliu" y nos invitan a abandonar el camino e internarnos por un sendero que remonta la ladera del monte.

Ascenso desde la pista Alins-Fonz por la Carrodilla
Vista del otro lado del primer cerro. En el monte del centro está la ermita de la Carrodilla
Los primeros 45 minutos de paseo nos permiten subir a la cima de un monte (no os asustéis, es bastante asequible) y bajarlo hasta un valle al otro lado en el que nos encontraremos otra pista forestal. La tomaremos hacia la izquierda hasta desembocar en otro camino. En ese momento y siguiendo los postes de madera de la Ruta BTT a La Carrodilla nos vamos hacia la derecha e iniciamos alrededor de una hora de andada que alterna duros tramos en subida con otros llaneando que nos permitirán descansar.



Al caminante le da la sensación de adentrarse en la sierra de la Carrodilla, donde el bosque convive con algunas pequeñas parcelas de cereal, olivares y almendreras hasta que, en mitad de la nada nos encontramos un enorme edificio que más bien parece varios fusionados formando una especie de recinto fortificado muy aparente. No encontré ninguna señal que identificara ese lugar pero luego, investigando, descubrí que es la ermita de Nuestra Señora de la Carrodilla. Merece la pena rodear el conjunto para echar un vistazo y descansar un rato en una zona ajardinada con unos columpios.




Ermita de Nuestra Señora de la Carrodilla
Pero no es el único atractivo de esta zona porque a pocos metros del camino parte un sendero a la derecha que nos indica cómo llegar al Forau d'o Cocho, unos abrigos a más de 900 metros de altura que contienen diversas pinturas rupestres. Pertenecen al conjunto de Arte Rupestre Esquemático del Arco Mediterráneo por lo que son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. A mi me flipa saber que había gente pintando esos ciervos e imprimiendo sus huellas digitales hace entre hace 3.500 y 7.000 años. Ahí es nada. De la ermita a estas cuevas hay unos quince minutos tranquilamente.



Es fantástico poder admirar estos graffittis prehistóricos pero aprovechad para girar 180 grados e inmortalizad en vuestra memoria y vuestras cámaras los increíbles paisajes que se ven desde esa privilegiada atalaya natural.

Al ascender más 300 metros de desnivel a la ida (pasamos de los 667 a los 965 metros de altura en poco más de seis kilómetros de trayecto) iremos bastante más ligeros a la vuelta porque el descenso en algunos tramos será muy pronunciado.

¡¡¡Buena Andadeta!!!

miércoles, 23 de abril de 2014

De Castejón a la orilleta del Cinca (1h y 20 minutos aprox.)

Castejón del Puente - Hospital de San Juste - río Cinca - Castejón del Puente (7 kilómetros)

Si estáis cerca de la zona, ésta es una andada para cuando no tenéis mucho tiempo pero sí que os apetece estirar las piernas. Es corteta y con tres puntos de interés: la Vía romana en la zona de Castejón del Puente, los escasos restos del Hospital románico de San Juste y la orilla del río Cinca)

Castejón del Puente está entre Monzón y Barbastro y hay una salida de la autovía A-22 que lleva a la citada población. Cuando entramos desde la N-240, vemos una pequeña plaza y varias calles. De las dos de la derecha, no tomaremos la del extremo, sino la más "centrada". Habréis acertado si pasáis por un tramo empedrado recientemente. Desembocamos en una camino asfaltado y en un recodo, vemos un letrero que nos indica Calzada Ilerda-Osca. Ahí podemos aparcar.

Tomamos ese sendero con la vista de la ermita de la Bella al frente. Bajamos por un vallón a lo largo del cuál discurría la antigua calzada romana. No todas eran empedradas sino que aprovechaban senderos y caminos naturales como es este caso. Aún así en algún tramo de roca se ve cómo se excavó para permitir el mejor paso de los carros. A lo largo del pequeño valle podemos ver algunos campos de cultivo, restos de bordas y carteles informativos sobre la fauna, flora, historia y otros aspectos de la zona.



Este tramo corto desemboca a un camino de tierra que, a su vez, lleva a otra pista más grande. Llegaremos justo a una bifurcación con varios indicadores. A la derecha, vemos las señales hacia el puente romano y el antiguo embarcadero. Entre las señales de la izquierda, vemos el Hospital de San Juste. Hacia la izquierda nos dirigimos. La ruta no tiene misterio. Es seguir el camino que nos llevará por debajo de la autovía para hacer un giro brusco a la derecha una vez hayamos cruzado la vía rápida en sentido al río Cinca a cuya orilla acabamos el trayecto.

Un poco antes de llegar, podemos apreciar restos protegidos y muy escasos del Hospital-ermita de San Juste, de estilo románico.



Para volver, podéis hacer dos cosas: o desandar vuestros pasos por donde habéis venido o realizar un circuito continuando por la orilla del Cinca pasando por debajo de la autovía, pasando por el antiguo embarcadero y restos que según un panel indicativo parecen ser romanos del antiguo puente que cruzaba el cauce hacia Monzón. Si seguís esta segunda opción volveréis a dar con el camino principal a la altura de una fábrica, vais a la derecha y llegaréis a la bifurcación de la que os he hablado antes.


Habréis completado un pequeño circuito y podréis comenzar a subir por el pequeño valle hasta donde tenéis aparcado el coche. En total, salen unos 7 kilómetros, que yo creo que está más que bien para un rato.

¡¡¡Buena Andada!!!


domingo, 16 de marzo de 2014

La Cueva y el Mirador de Palacios ( 2 horas aprox.)

Recorrido circular por la sierra de Estada (Huesca)

El Prepirineo de Huesca es la impresionante sierra de Guara, pero también innumerables montes de menor superficie y tamaño no tan populares que también brindan magníficas oportunidades de hacer una Andadeta. Como la Carrodilla, primera frontera entre el llano y la montaña. Nos damos una vuelta por la parte de la sierra de Estada.

Tras pasar la localidad Estada (Huesca), conduciendo por la A-133, tomamos un desvío a la derecha justo antes de encontrarnos con la N-123 (carretera de Graus) Lo reconoceremos al ver una inclinada plancha de cemento en los primeros metros que se convierte en camino de tierra. Inmediatamente después, ese camino cruza el canal del Cinca. Nada más atravesar el puente sobre el canal, ya podéis dejar el coche en alguna de las pequeñas explanadas que hay.

Veréis una doble señal de madera frente a vosotros. A la derecha, señala “Ruta Senderista”. A la izquierda, “Cueva de Palacios”. Forman parte de un recorrido circular así que si vais por uno, volveréis por el otro y viceversa. Yo tomé el camino de la derecha. Durante alrededor de cincuenta minutos, vamos ascendiendo desde los cuatrocientos y pico metros hasta los setecientos y pico. Por lo tanto, pondréis vuestras piernas a prueba. Tomadlo con calma.



El camino va serpenteando por la ladera del monte entre campos de oliveras y bosque de pino y carrasca y hay pocos tramos en los que la ruta llanee. Finalmente, llegamos a una especie de semiderruido cubierto para el ganado en el que hay un cartel informativo que nos habla sobre las labores del campo y que nos advierte de que hemos dejado de ascender. Volvemos a ver unas señales de madera. Nosotros seguiremos la que nos recuerda la “Ruta Senderista” y que significa el inicio de la ruta de descenso (el resto de marcadores nos invitan a seguir ascendiendo hacia dos senderos GR. Me lo apunto para otra vez)

A partir de este punto, el camino nos introduce en el interior de la zona boscosa, bajando hacia el llano por un barranco. Andaremos sobre un camino de tierra durante unos veinte minutos hasta que después de pasar por una pequeña balsa, la pista acaba y empieza un sendero de montaña, de esos de tres palmos de ancho. Sin duda, encaramos la parte más bonita del paseo y la que nos transporta a una típica “pateada” senderista de montaña.





Después de una media hora de descenso, vemos nuevas señales de madera. A la derecha, nos invitan a visitar la Cueva de Palacios y un Mirador. Recomiendo que toméis este desvío en trayecto de ida y vuelta porque las vistas valen mucho la pena (aunque a mi me tocó un día de estos de neblina que tocan lo que no suena) Tened aquí mucho cuidado. El sendero asciende abruptamente. Es escarpado y hay piedra suelta. Al cabo de unos diez o quince minutos veréis la citada Cueva de Palacios, en la que han instalado una mesa y unos bancos estilo pic nic. Si continuáis durante otros diez minuticos llegaréis a un alto presidido por un cartel informativo que pone nombres a las maravillas que estamos contemplando. Momento perfecto para parar un rato y coger fuerzas.





Ante vosotros, el Cinca, aparentemente manso culebreando por el llano a los pies de la sierra. También veréis ese otro “río” hecho por el hombre, el Canal del Cinca. En un pequeño tozal, se ubica la localidad de Estada. A su izquierda, la parte de atrás de su vecina Estadilla. Al frente, el Pueyo de Barbastro. Hacia vuestra derecha, el imponente Pirineo nevado. Y esas son tan solo algunas de las bellezas naturales que os esperan en este mirador.

Cuando os encontréis descansados, es el momento de retornar por donde habéis venido hasta volver a las últimas señales que visteis. Mucho cuidado. Cuando bajo por un sendero, parece que tengo trescientos años de edad. Me apoyo en todo lo que puedo y voy con tremendo cuidado. Además, de bajar “de lado” cuando enfrento las partes más empinadas. Me da igual la pinta que saco. Actuar así me ha evitado más de una tozada.


Una vez que llegamos de nuevo al sendero “principal” continuamos descendiendo y disfrutando de las vistas del llano que se abre ante nosotros, aún internados en el bosque. De hecho, en un momento, cruzamos el fondo del barranco. Una media hora después desembocaremos en una pista forestal que nos llevará a un camino de tierra a la altura de una granja de ovejas. Lo tomamos hacia la derecha y tras un breve repecho ya podremos ver la zona del canal y el lugar en el que hemos dejado el coche. En total, un par de horetas más majas que para qué.


¡¡¡Buena Andadeta!!!